Cuando oscurece, se comparte un fogón a la luz de la luna y las estrellas, donde se prepararán dos de las comidas exquisitas y típicas de la cultura misionera: el reviro y el ticoí (o Tcueí), acompañadas con un riquísimo mate cocido preparado al estilo de los ancestros misioneros. A través de relatos, leyendas y mitos regionales, los guías nos transportan al mundo de la selva, contando historias de la tierra misionera y de su gente.

Es una actividad apta para todas las edades y una excelente oportunidad para disfrutar de un momento de calma y de conexión con la naturaleza al caer el sol.