Abrió sus puertas en 1992. Es un museo arqueológico, de sitio e interpretación, único en su tipo en la ciudad. Su objetivo principal es proteger y exhibir los restos materiales hallados en el lugar, pertenecientes al patrimonio provincial. Las constantes excavaciones que se realizan allí rescatan restos de cimientos, muros y baldosas cerámicas del Cabildo de 1749 y de la fuente colonial, que desaparecieron como consecuencia del devastador terremoto de 1861 que arrasó la ciudad colonial. Posteriormente en este solar funcionó el Matadero Público (1877) y luego la Feria (1930). Las salas de exposición permanente exhiben, a través de diversos medios didácticos, las fases del poblamiento territorial mendocino y el crecimiento de la ciudad.