Fue el primer rascacielos de la ciudad, diseñado por el arquitecto Manuel Civit, el cual data de 1954, y se ha convertido en el emblema del perfil de la ciudad. Con gran influencia de los edificios neoyorquinos, combina elementos muy diversos, como contrafuertes de estilo gótico, un cuerpo principal de hormigón armado y cierto aire art déco, por los que se considera una réplica en miniatura del Empire State Building. En el 10º piso funciona un restaurante llamado Décimo, desde donde se puede observar gran parte del centro mendocino.