El hotel fue construido en 1940, en una estrecha quebrada y con un neto estilo alpino normando, con techos inclinados de gran pendiente, muros blanqueados a la cal con detalles de madera, techo de tejas y balcones, y recibió, durante mucho tiempo, un turismo muy selectivo.

Tenía un gran salón comedor y uno de té, salones de baile, y en la parte baja había una galería cubierta donde se podía jugar ping pong y minigolf. También había una sala de juegos infantiles, cancha de tenis y de bochas, y en los años 1960 se incorporó una pequeña piscina.

Tiene un gran parque con frondosas arboledas, glorietas con hiedra y húmedos y serpenteantes senderos y hasta una capilla propia.