Fuera de la Reserva, pero dentro del mismo circuito por la ruta 52, se destaca el Bosque de Araucarias fosilizadas descubierto por Charles Darwin en 1835. Se cuenta que, entre marzo y abril de ese año, el científico había pasado por Mendoza en su viaje rumbo a Chile. Durante ese breve lapso halló, en las proximidades de las explotaciones mineras de Paramillos, ejemplares de araucarias fósiles, las cuales quedaron registradas en su Teoría de la Evolución de las Especies. Darwin lo describió como una secuencia sedimentaria, con más de 52 troncos petrificados en posición de vida. Los describió en detalle, al igual que los sedimentos circundantes, caracterizados por su alto contenido volcánico.

Lamentablemente, casi todos los árboles fósiles descriptos por Darwin fueron extraídos y trasladados a museos de varias partes del mundo; o quizás forman parte de colecciones privadas. Sin embargo, el sitio es actualmente un lugar histórico, de interés científico internacional.