A tan sólo 7 km de Los Molles, continuando por la ruta provincial 222 se llega a una laguna especial por la coloración casi esmeralda que tienen sus aguas. Se observan además rocas volcánicas que descienden por coladas hasta el lecho mismo de la laguna.

Esta laguna era considerada por los aborígenes huarpes como un “Aca-Pukios”, o aguas puras, casi sagradas, que servían de lugar de encuentro religioso.

Para llegar a la laguna se deja el auto en un estacionamiento, se cruza el puente colgante peatonal “Elcha”, y se abona una entrada muy accesible. Es un lugar increíble, con una pequeña laguna cristalina de colores impresionantes, rodeada de una paredón de montaña. Tiene un pequeño santuario, y un parador con sanitarios.