A sólo 30 km de la ciudad de Malargüe se encuentra esta formación de origen marino. Su nombre deriva de dos vocablos en lengua mapuche: Manqui (cóndor) y Malal (barda), y se debe a que en estas bardas habita el cóndor andino.

Debido a que se encuentra en una propiedad privada, se debe abonar una entrada y el recorrido se hace con un guía del complejo o bien de manera autoguiada. No hace falta reservar con anticipación ni comprar excursiones; las entradas se compran en el mismo complejo. La excursión consiste en un trekking sencillo, por lo que se debe llevar calzado adecuado para realizar las caminatas.

Durante el recorrido, los guías capacitados explican mediante charlas didácticas, cómo se originaron los cordones montañosos de los Andes, hace casi 100 millones de años cuando la corteza terrestre se plegó durante el periodo terciario. Estos pliegues dejaron al descubierto, en las rocas, restos marinos del periodo anterior. A lo largo del recorrido es posible observar numerosos fósiles de la fauna marina del periodo jurásico, como ostras y caracoles petrificados de gran tamaño. El más común es el amonite, un molusco cefalópodo extinguido, de gran tamaño, cuya concha podía alcanzar el tamaño de la rueda de un camión.

También cuenta con dos saltos o cascadas: la Cascada Plateada y la Cascada Dorada. La Cascada Plateada tiene una altura de unos 30 m, es alimentada por agua de vertiente por lo que es apta para el consumo y su mayor caudal se registra en la época estival. Para llegar a las cascadas hay que atravesar un puente colgante y hacer una caminata tranquila, durante la que se pueden observar fósiles marinos, ya que hay muchísimos.

El lugar cuenta con un complejo de actividades de aventura, camping y cabañas para hospedarse y restaurant.

El paseo dura entre una hora y media y dos horas. Se puede visitar en cualquier época del año.