Es uno de los pocos teatros con diseño de salas verticales que quedan en EEUU. Cuando los diques fallaron en 2005 durante el huracán Katrina, los pasillos del teatro se inundaron y permanecieron inactivos durante 10 años.

Actualmente, el Orpheum es ampliamente reconocido por su acústica casi perfecta y sus innovadores arreglos de asientos. Incluso los asientos más distantes se perciben como si estuvieran cerca del escenario, gracias al diseño vertical de la estructura. Los asientos flexibles permiten que la capacidad oscile entre 1.500 y 1.800 espectadores. Los trabajos de restauración han revalorizado el diseño y las obras de arte ornamentales, haciendo que la experiencia Orpheum sea visual y auditiva.