Todas las calles del Viejo San Juan están rodeadas por bonitas casas coloniales, prolijamente pintadas de diversos colores. Casi todas ellas tienen mucho tráfico y gente que viene y va. Sin embargo, la calle San Sebastián es tan pintoresca como el resto, pero mucho más tranquila. Merece la pena recorrerla y desviarse en cada callecita que lleva hacia el mar y los baluartes de la muralla que une los Castillos de San Felipe y San Cristóbal.