Construida en 1831 para el acaudalado comerciante de mármol Antonio Montero, es una residencia suntuosa y amplia, un buen ejemplo de la arquitectura doméstica de los primeros años de vida independiente del país. La vivienda presenta una fachada neoclásica y se estructura en dos niveles en torno a un gran patio abierto, al cual se vuelcan las habitaciones. El principal, que aún se conserva, es de planta cuadrada con un octógono inscripto formado por los balcones de planta alta. Fue llamada originalmente “el palacio del mármol” por la utilización de dicho material para los detalles decorativos.

En 1962 se inauguró allí el Museo Romántico, que plasma las condiciones sociales y económicas de la alta clase social, entre los años 1830 y 1900, con una exposición permanente de pinturas, vestimentas y muebles del período romántico. Vale la pena visitarlo para hacerse una idea de cómo era la vida de la clase alta a fines del siglo XIX en Montevideo. Entrada gratuita.