Es uno de los tesoros bien guardados de la ciudad de Montevideo. Se encuentra a escasos metros de la Residencia Presidencial. El edificio, de estilo neogótico, pertenece a la familia Soneira y es una construcción del año 1861.

La primera versión del palacio era más pequeña que la actual y constaba de dos plantas principales, que se utilizaban como habitaciones y recepción. En el subsuelo se encontraban las áreas de servicio y los dormitorios del personal. La gran buhardilla fue empleada como atelier por el hijo de la familia Soneira.

Entre los años 1912 y 1914, el arquitecto francés Camille Gardelle realizó un remozamiento de la finca con materiales de primera, traídos de Europa. El aspecto actual de la residencia, luego de las remodelaciones realizadas por Gardelle, presenta innovaciones para dotar a la casa del mayor confort, tales como llaves de luz, fallebas para las ventanas, baldosas de Venecia y Florencia, roble de Eslovenia para las escaleras y mármoles de Carrara. El palacio muestra una innegable inspiración en los castillos franceses. El predio cuenta además con cancha de tenis, caballerizas y piscina.

Gardelle rediseñó las cuatro fachadas, transformando las aberturas de estilo gótico al isabelino. El interior fue modificado sustancialmente, agregándose ornamentaciones y todos los adelantos de la época en materia de equipamiento de viviendas, como calefacción central y luz eléctrica, y las ventanas se adornaron con vitrales. El Castillo Soneira es uno de los edificios más bellos de Montevideo.

Debido a los altos costos de mantenimiento el Castillo Soneira fue vendido en 2009 a una institución educativa, el Colegio San Pablo. Si bien no puede visitarse en su interior, la construcción puede admirarse desde afuera.