Esta área protegida se ubica en el sector oriental de la Península de Hicacos y ofrece al visitante una alternativa diferente de recreación, pues combina la educación ambiental, la investigación y la conservación con actividades que promueven el contacto directo entre el turista y la naturaleza. En este lugar se practica el ecoturismo, y a través de sus más de 30.000 ha, compuestas principalmente por manglares, el visitante podrá encontrar especies de flora, fauna (especialmente aves y reptiles) y restos arqueológicos que poseen un valor único en el mundo.