La estatua negra de Jesús crucificado es un emblema de la cristiandad en Perú. Una antigua leyenda cuenta que cuando la estatua era trasladada desde Europa a Perú, una feroz tormenta amenazó la vida de los tripulantes del barco, quienes por temor pusieron la estatua de pie y, al instante, la tormenta se calmó. Esta estatua también se convirtió en el principal consuelo de los indígenas del Cusco luego del devastador terremoto de 1650.

Es por esto que todos los Lunes Santos de la semana de Pascua se realiza en Cusco una majestuosa y prolongada procesión, en la cual este Cristo es llevado en andas por diversas agrupaciones religiosas. Es importante tener en cuenta esto a la hora de organizar el viaje porque es una de las celebraciones dignas de presenciar en Cusco.