Es un monumento arqueológico debidamente preservado, que contrasta con los edificios modernos ubicados a su alrededor. Los trabajos arqueológicos han demostrado que el edificio muestra una larga y continua secuencia cultural. Se han reconocido tres momentos distintos de ocupación con una función particular: Centro Ceremonial, Cementerio y Edificio Público, y por el desarrollo de sociedades que abarcan desde el 200 a.C. hasta 1532 d.C.

En 1958, la Municipalidad de San Isidro, con el asesoramiento de Arturo Jiménez Borja, realizó trabajos de conservación con la intención de preservar el área del crecimiento urbano de la zona. Por ello, se tiene la presencia de la rampa principal que permite acceder a las plataformas. El 11 de agosto de 1960 se creó el museo de sitio, el cual expone materiales recuperados de contextos funerarias como fardos, cerámicas, instrumentos de textilería, agrícolas, musicales y alimentos.