En el año 1640 y luego de 60 años de dominio español se logra la independencia portuguesa. Es por eso que esta plaza recibe este nombre y en su centro se yergue un obelisco en honor a estos Restauradores de la libertad. Imposible no mirar también el piso y descubrir todas las veredas de la plaza cubiertas de dibujos mezclando piedra caliza con piedra basáltica en un hermoso entramado blanco y negro. A estos dibujos los puedes encontrar a lo largo de más de un kilómetro por la Avenida da Liberdade en cuyo otro extremo se encuentra la plaza Marqués de Pombal. Esta avenida es prácticamente un parque lleno de estatuas y algún que otro café.