Es un sendero de dificulatd baja, de 600 metros, el cual se recorre en 25 minutos, atravesando un monte donde habitan familias de monos carayás.

Los monos Carayá, que son la principal atracción de este sendero, emiten potentes aullidos para marcar su territorio, casi nunca bajan al suelo y se los ve observando a los viajeros detenidamente. Con una larga cola prensil, se sujetan a los árboles mientras saltan de rama en rama. Los monos suelen vivir en grupos y respetan al macho jefe del clan hasta su vejez cuando él mismo elige a su sucesor.

Durante el recorrido se debe evitar hacer ruidos molestos para intentar verlos.