El faro de Key West es una de las reliquias más antigua de la isla, ya que fue construido en 1825 con el fin de ayudar a los numerosos barcos que ingresaban al puerto a evitar los peligrosos arrecifes. A lo largo de los años fue destruido y dañado y tuvo que ser sustituido y restaurado varias veces. El que se ve en la actualidad se terminó en 1849, pero ha sufrido varias restauraciones a lo largo de los años. Fue nombrado patrimonio histórico del país, en 1969.

Después de que la Guardia Costera estadounidense pusiera al faro fuera de servicio, se convirtió en un museo y en una de las principales atracciones de la isla.

Se pueden subir los 88 escalones de hierro hasta la cima de la torre para tener impresionantes vistas de Key West y el océano. Además de visitar el faro, se puede ingresar a la Casa del Guardián del faro, un museo que se encuentra en los antiguos aposentos del cuidador, y donde se podrá ver cómo vivía y trabajaba el vigilante en turno. La casa fue restaurada manteniendo su encanto original, y tiene exhibiciones de elementos náuticos, muebles, mapas y fotos antiguas.