Este monumento homenajea al carruaje utilizado para el transporte de pasajeros antes del funcionamiento del ferrocarril y otros medios de transporte. Fue inaugurado en febrero de 1952 y representa una de las obras maestras de la escultura uruguaya.

Se ubica a escasos metros de las costas del Arroyo Miguelete, en la entrada del Prado, el parque urbano más antiguo de Montevideo. En 1981 fue trasladado a la ubicación que ocupa actualmente, debido a la construcción del Viaducto, que ocultaba parcialmente la obra. La pieza combina a la perfección con su entorno natural: se emplaza en un cantero con césped dentro de un estanque, del cual emerge como saliendo de las profundidades.

Este icónico monumento es la postal de este barrio, con sus incontables atractivos, que pueden seguir recorriéndose durante una tarde entera.