Es una las bodegas más antiguas de Uruguay. La historia de Bodegas Carrau se remonta al año 1752, cuando la familia aún vivía en España y adquirieron su primer viñedo. En 1930, dejando atrás su Cataluña natal, desembarcaron en Uruguay para conquistar nuevos terroirs. Hoy ya hay 10 generaciones de productores en la familia.

La bodega consta de una bella casa colonial del año 1887 que fue propiedad del vitivinicultor italiano Pablo Varzi, cerca de la capital, rodeada de un gran parque y un viñedo. Allí los turistas pueden beber y comprar algunos de sus vinos más famosos. Aparte del paseo por las plantaciones, se puede participar en cursos rápidos de enología para aprender un poquito sobre el legado de los Carrau. Esta fue la bodega que elegimos para visitar nosotros, y realmente valió la pena. Fue una experiencia de lo más interesante, con un recorrido por el viñedo y la bodega, guiada por una de sus enólogas. La misma terminó con una degustación en uno de los salones de la antigua casona, alrededor de una gran mesa en donde los turistas compartimos los vinos maridados con tablas de quesos, fiambres y empanadas. Todo en un ambiente muy agradable, sin prisas y con una divertida charla entre los visitantes y nuestra guía. Luego pasamos a la boutique para comprar los vinos que más nos habían gustado. Un paseo muy recomendable.

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