Con más de 100 años de existencia, ese árbol es considerado no sólo el mayor cajueiro del mundo, sino el árbol más fructífero del planeta. El cajueiro impresiona por su dimensión: la copa del árbol tiene unos 9.000 m2. La estructura interna, con pasarelas de madera, facilita y hace agradable la visita. Además de recorrer las pasarelas de madera para explorar toda la extensión del árbol, hay un mirador donde es posible ver el cajueiro desde arriba, y tener la noción de su dimensión y de cómo avanza sobre la región. En el entorno del cajueiro, hay también una feria de artesanías, algunos bares y cafeterías.