Al oeste de Los Molles y a unos 27 km del Valle de Las Leñas (por ruta provincial 222), en plena cordillera de Los Andes, se abre este valle surcado por los ríos Cobre y Tordillo. Sólo es posible visitarlo en verano, cuando se realizan actividades náuticas y cabalgatas.

Después de un camino de ripio y en la cima de unos tremendos caracoles asoma la Laguna de Valle Hermoso, un escenario deslumbrante pero sin sombras, ya que debido a la altura, no crece ninguna especie arbórea o arbusto. Aunque desde Las Leñas la distancia no es tan grande, el camino es de ripio y muy sinuoso, en pendiente y con obstáculos como escalones formados por el agua, grandes piedras y arroyos. Por eso, es recomendable hacer este recorrido en vehículos apropiados (motos, camionetas o bicicletas).

Valle Hermoso cuenta con un camping, ubicado en la costa de la laguna, con espacios para acampar, paradores con techos de caña con mesas y sillas, pero son pocos y en temporada alta es difícil encontrarlos desocupados. Los sanitarios no están en condiciones adecuadas. La recomendación es llevar absolutamente todo lo necesario, tanto de comida como de supervivencia. No olvidar protector solar, sombreros y abrigo, porque de día hace mucho calor y no hay sombra donde protegerse del sol y de noche la temperatura desciende abruptamente.

Algunos viajeros mencionan que, con paciencia, y considerando que hay que transitar a paso de hombre, se puede llegar a Valle Hermoso en auto común. Sin embargo, nosotros intentamos hacerlo, pero a poco de andar decidimos regresar porque nuestro vehículo es muy bajo y era muy complicado avanzar en esas condiciones.