A medida que caminamos desde la estación hacia el barrio de Wiñayhuayna, nos encontramos con esta exposición a cielo abierto de espectaculares esculturas hechas en piedra madre granítica, que reflejan la cosmovisión Andina.

Una de las esculturas más enternecedora es la que refleja la protección de los Apus o Dioses de las montañas sosteniendo a un bebé en sus manos; el bebé está decorado con el típico chullo andino y correspondiendo al amor de los Dioses. Según cuenta la historia, esta escultura representa la protección de los Apus a sus hijos de Aguas Calientes.