La Catedral de San Carlos Borromeo, o Catedral de Matanzas se encuentra algo aislada del bullicio que habitualmente anima las calles del centro de Matanzas.

La catedral comenzó a construirse en 1693, aunque no quedó terminada hasta el año 1736. Sufrió diversas remodelaciones y, al fin, recibió el título de catedral en 1912.

El marcado deterioro de algunas de sus partes no resta ni un ápice de belleza a uno de los mayores símbolos del eclecticismo cubano del S XIX, que combina en su estructura distintos elementos neoclásicos y barrocos.

En su interior se encuentran algunos de los frescos más famosos de Cuba.