Es un mural de gran tamaño (50 metros de longitud por 6 metros de alto), ubicado sobre la Avenida El Sol, a unos 500 metros de la plaza de Armas; fue el mural más grande de Sudamérica. Si bien actualmente ya no goza de esa distinción, sigue siendo uno de los más grandes del continente y su gran importancia radica en el valor de los conocimientos que transmite.

Fue pintado por el artista cusqueño Juan Bravo Vizcarra sobre un bloque de cemento, utilizando una pintura acrílica traída de México. Resume gráficamente 3.000 años de historia de Cusco: los orígenes, el Imperio Inca, la conquista española, la rebelión y la modernidad. Al autor le llevó 9 meses realizar el mural y fue inaugurado el 22 de junio de 1992.