Esta catedral (Siglo XVIII) está considerada como el ejemplo máximo del barroco cubano. Las torres asimétricas es una de las cosas que más llama la atención ya que parecen no prestarle atención a la fachada central. La frase “La catedral es música convertida en piedra” del escritor cubano Alejo Carpentier habla por sí misma. Alrededor de 1814 y bajo las influencias de los estilos neoclásicos se reformó el interior. El templo cuenta con trabajos de orfebrería realizados en Roma, frescos del pintor italiano Perovani y pinturas a cargo del francés Jean-Baptiste Vermay. En el interior se encuentra la imagen de San Cristobal, que es el santo patrón de la ciudad de La Habana junto con otras reliquias, objetos religiosos históricos, sagrarios, y sepulcros antiguos acumulados en sus más de 200 años de historia.

Un dato interesante es que entre los años 1795 y 1898 reposaron en la Catedral los restos de Cristóbal Colón, venían de Santo Domingo y luego fueron llevados a Sevilla,

En los fondos de la Catedral (fachada a la calle Tacón y la Av. del Puerto) está el Seminario de San Carlos y San Ambrosio (año 1774). Institución que formó a intelectuales cubanos de la época. Actualmente es la sede del Centro Cultural Félix Varela.